
La verdadera humanidad se realiza plenamente cuando yo reconozco la diferencia entre mi apariencia, mi funcionamiento ahí fuera periféricamente como un ser humano, y la Fuente Aquí, que no es humana. Yo creo que Jesucristo, que claramente veía que él era uno con el Padre y era perfectamente consciente también de que era el hijo de un carpintero, realizó este ideal. Él era un ser humano real debido a que había logrado poner en orden ambos polos de su ser.
Douglas Harding
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